El último libro de Gustavo Sylvestre recorre la historia nunca antes contada de los hechos políticos más trascendentes ocurridos desde el retorno democrático, contados desde la pluma de uno de testigos preferenciales de la historia de nuestra Argentina.
Uno de los apartados hace mención al detalle de los acontecimientos producidos durante el levantamiento carapintada, ocurrido durante las Pascuas de 1987.
«Tuve la suerte en la vida que (Raúl) Alfonsín me gratificara con su amistad, tuve muchas charlas compartidas”, destacó recientemente el periodista.
Una de ellas es la que trasluce en el libro, donde el ex presidente Alfonsín deja sus más íntimas reflexiones acerca de lo que significó la salida del conflicto con los sublevados.
“Yo no sé por qué se enojó la gente, porque había arreglado el asunto que parecía gravísimo y realmente me sentía con una responsabilidad tremenda. Al lograr el cambio de actitud de esa gente yo dije ´bueno, hemos arreglado la cosa´. Después se desordenó, pero a cualquiera le pasa, ¿Verdad?. Pero yo no traicioné a nadie ni negocié nada con ellos. Acepto que pudo existir una cierta decepción en mucha gente que se había movilizado y esperaba que la rebelión fuera aplastada sin miramientos, aun en forma cruenta; pero le digo, la democracia salió fortalecida sin derramamiento de sangre y con el mayor costo cargado sobre las espaldas de este presidente que asumió la plena responsabilidad de sus actos y decisiones.», destacó Alfonsín, y Sylvestre lo reveló en su escrito.
