De acuerdo al último relevamiento del Observatorio Social de la UCA, la pobreza multidimensional urbana pasó del 26,6 al 31,3% de la población entre 2017 y 2018, en un contexto en el que se redujo la cantidad de hogares sin acceso a cloacas, bajo contaminación o con vivienda precaria.
El estudio mide las carencias no monetarias, relaciones a seis dimensiones como las dificultades de acceso a alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medioambiente, educación, empleo y seguridad social, y las vincula con los ingresos de los ciudadanos.
«Estamos frente a la pobreza más alta desde 2010», precisó en Radio 10, Agustín Salvia, director del Observatorio Social.
“En Argentina el 60% está afectado por alguna de estas 6 dimensiones y el 40% en 2 o más y el 28% en 3 o más”, dijo y destacó que en los últimos años se ha consolidado el crecimiento de la pobreza estructural de la Argentina.
En relación a la evolución de estos factores principales para el análisis de la pobreza, Salvia explicó que algunos como la educación no han tenido cambios, se han estancado e incluso deteriorado, como el caso del empleo, o el acceso a la salud. “Lo único que ha mejorado desde 2010 es el acceso a agua y cloaca y las mejoras en vivienda”, precisó.
«La tendencia es al aumento de la pobreza por la inflación y la recesión, y en este primer trimestre se llegaría a dos dígitos en el desempleo. Se trata de un retroceso en materia de derechos laborales, un combo de una sociedad más desigual de la que teníamos 8 años atrás”, sostuvo.
Lunes 25 de marzo de 2019