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Alguien tiene que ceder

El gobierno presiona a cerealeras para que liquiden la soja almacenada y esto permita darle un poco de aire ante la fuerte salida de divisas del BCRA, potenciada en los últimos meses. Al mismo tiempo la lucha será por frenar el alza de precios. Por Arnaldo Paganetti, del diario de Río Negro.

La pulseada está en su cenit. Promete prolongarse todo este mes. Y puede ser observada desde distintos ángulos, tras la devaluación que impactó en los precios domésticos y desató una puja distributiva con final incierto. El gobierno se plantó en 8 pesos por dólar, como punto de «convergencia razonable» (Jorge Capitanich, dixit) para que el sector agroexportador venda con mejor rentabilidad la cosecha de soja 2013 que aún retiene en silos y que serviría para alimentar las reservas del tesoro nacional.

Las entidades, empero, no quedaron conformes a juzgar por las expresiones de varios de sus principales dirigentes. Pedro Apaolaza, de CRA, por caso, calificó de «ineptos» y «en retirada» a los funcionarios del equipo económico kirchnerista, y defendió la forma de ahorrar, guardando «el yuyo» para comercializarlo «cuando se considere oportuno… estamos en un país libre», argumentó.

La pelea –¿capítulo dos de la guerra con el campo, de 2008, por las retenciones?– alcanzó alto voltaje, pues el jefe de Gabinete (que tildó de «antipatrióticos» también a algunos empresarios, comerciantes y sindicalistas), habló de «grupos avariciosos» que «amarrocan» cereales en el marco de una «estrategia desestabilizadora».

En el mismo sentido, el ministro del área, Carlos Casamiquela, trató de «especuladores» a los exportadores. «Según nuestros cálculos, hay 8 millones de toneladas de granos, mayormente soja, sin liquidar, equivalentes a 3500 millones de dólares que podrían ingresar al país», dijo y puso en la mira, entre otras, sobre Cargill, Noble Grain, ADM, Nidera y Bunge.

La respuesta no tardó en llegar. La Comisión de Enlace sostuvo que la administración K «está buscando, como lo hizo siempre, culpables de sus propios errores, en vez de implementar un plan integral para combatir la inflación, reducir el gasto público, mejorar la competitividad real e incentivar la producción, el empleo genuino y el desarrollo».

«Con la plata de los otros es fácil hacer un pacto de caballeros», señaló el titular de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, ante el reproche oficial por lo que se considera falta de cumplimiento al ingreso de 1800 millones de dólares extra.

«A Moreno (Guillermo, el exsecretario de Comercio) no le hacían esto. Le adelantaron 4 mil millones a comienzos de 2012 y otro tanto en 2013. Nosotros fuimos con una propuesta más seria y racional y nos fallaron. Esperaremos unas jornadas más y después actuaremos en consecuencia», se avisó desde las oficinas de Augusto Costa, el reemplazante del polémico exfuncionario.

El diálogo, por estas horas, está roto. «La Presidenta ordenó a Juan Carlos Fábrega, atrincherarse en el Central y no mover el tipo de cambio. Cristina no va a permitir que le tuerzan el brazo y evalúa ya otras medidas para darle sustento al modelo», se anticipó a este diario.

¿Qué debe esperarse para que la devaluación tenga el menor rebote posible en los precios? Un paquete complementario que contemplaría la quita de subsidios energéticos a estamentos pudientes, y la reformulación del gasto público. Podría revertirse, además, el sostenimiento industrial en Tierra del Fuego.

Iniciativas de varios Estados provinciales fueron vistas como el anticipo de un plan de ajuste nacional. Sin embargo, autoridades de Río Negro reconocieron que comunicaron mal la noticia difundida por el gobernador Alberto Weretilneck por Youtube. Dijeron que sólo se achicó la planta política que estaba hiperdimensionada y se bajaron «sueldos irracionales» (la defensora del pueblo cobraba 78 mil pesos mensuales), en un promedio del 15%, para dar una señal de austeridad. «Pero no se despidió a ningún trabajador ni se les tocó sus sueldos», se apuró a asegurar.

El panorama se avizora conflictivo por donde se lo mire. Las paritarias se aproximan con mucho ruido. Hasta gremios alineados con Antonio Caló, de la CGT Balcarce, pusieron el grito en el cielo y plantearon correrse hacia el fogón de Hugo Moyano.

«Muchachos, primero está la defensa de los puestos laborales. Discutiremos con (Axel) Kicillof lo que haya que discutir, pero no abandonaremos el barco en estas circunstancias», dijo el metalúrgico luego de ser recibido en La Plata, por el mandatario Daniel Scioli.

Arnaldo Paganetti, diario de Río Negro

Lunes 3 de febrero de 2014

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