Se llama Andrés Leonardo Beltramo Álvarez, es periodista de la agencia Notimex y en Mañana Sylvestre relató el momento en que tomó conocimiento de la dimisión de Benedicto XVI. “No lo podíamos creer, pensábamos que era una broma”, dijo.
“Éramos solo 4 periodistas que estábamos siguiendo por circuito cerrado esta reunión del Papa con cardenales, que es una reunión a puertas cerradas. Ya el hecho de que en la sala de prensa del Vaticano mandaran el circuito cerrado en vivo era raro, porque este tipo de reuniones son de agenda y se hacen todos los años para definir cuestiones muy concretas, y de hecho esta ocasión había sólo fechas nuevas para definir nuevos santos, entre ellos una nueva santa mexicana, la razón por la cual me tocaba la cobertura”, indicó Beltramo Álvarez.
“Después de casi 30 minutos en que se llevó a cabo este consistorio –así se llama técnicamente- ya parecía que terminaba, el Papa se sienta y toma el papelito y empieza a leer esta declaración inédita en latín. Cuando empieza a leer estábamos extrañados pero después, a la mitad de lo que estaba diciendo un colega francés me dice: “el Papa está renunciando, ¿no?”, y no lo podíamos creer, pensábamos que era una broma”, comentó.
“Luego llamamos al vocero del Vaticano, lo confirmamos y fue suficiente para mandar el flash a través de la agencia e inmediatamente lo publiqué en mi cuenta de Twitter, donde anuncié esta noticia”, dijo.
Sobre su carrera profesional y su llegada al Vaticano, Beltramo explicó que realizó estudios en comunicación en México y comenzó a trabajar para Notimex que es la agencia de noticias mexicanas y fue destinado a Roma en 2006 como corresponsal especializado en temas vaticanos.
En Radio Del Plata, Beltramo hizo referencia a los posibles motivos de la dimisión del Papa, y lo conectó con razones entrecruzadas. “Se mezclan situaciones personales de él, porque tiene 85 años. Y por otro lado están las dificultades que le tocó sobrellevar, él habla de rivalidades y egoísmos. Las luchas intestinas se pueden relacionar con cuestiones concretas en el Vaticano, que quizá muchos no acompañaron en su momento las decisiones del Papa como se debía y esto él lo sintió y la manifestación más clara fue el escándalo del año pasado con el llamado Vatileaks, donde documentos que eran confidenciales del Papa se dieron a conocer a la prensa y generaron una crisis de magnitudes”, dijo.
“Creo que sería errado sólo atribuir a estos casos el motivo de la renuncia del Papa, porque estamos hablando de un gesto revolucionario, tan grande y significativo que pensarlo como una decisión del Papa tomada casi como si fuera un juego de ajedrez no me llega explicar semejante manifestación, sino al contrario. Él dio un paso más y le dijo a la Iglesia es necesario un cambio”, concluyó.
Viernes 15 de febrero de 2013
