En comunicación con Mañana Sylvestre, el periodista y crítico cultural Daniel Molina se refirió a la polémica generada por la columna de la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú en el diario La Nación donde equivocadamente se quejó por la supuesta quita de la firma del escritor Ernesto Sábato en el prólogo de la reedición del libro Nunca Más, y que fuera desmentido por la propia editorial Eudeba. “Estoy anodado por esto que está pasando, porque el diario es una institución y Magdalena es una persona”, dijo.
“A mí me llamó mucho la atención cuando leí el artículo de Magdalena, a quien respeto mucho y sigo respetando a pesar de que cometió este error, y que nadie reconoce. Es un signo de fortaleza decir me equivoqué porque somos humanos, y errar es nuestro destino. En este caso hay un error grave, y hay un montón de acusaciones en el artículo que desaparecen, cuando desaparece la causa que es que nunca estuvo firmado”, explicó el crítico cultural Daniel Molina, quien fue uno de los primeros en marcar el error de la periodista a través de la red Twitter.
“Yo no tenía el Nunca Más, porque lo presté, y cuando leí el artículo lo primero que hice fue consultar a un amigo que trabajó en la Conadep y tiene una edición original firmada por todos los miembros, por Sábato, por Magdalena, por Jaime Nevares, etc, y le digo fíjate vos si en tu edición está firmado por Sábato. Porque recuerdo que las discusiones de ese época era que Sábato no firmara el prólogo para que quedara que era de toda la comisión, y al mismo tiempo era como metafóricamente la verdad argentina ante el mundo de lo que había pasado con la dictadura”, comentó Molina.
“Yo incluso estuve cuando Sábato le entregó en Casa de Gobierno el informe a Alfonsín, y a Trócoli que era el ministro del Interior. Estaba muy emocionado y hoy lo recuerdo y me emociono. Y hubo una gran marcha popular a la Plaza de Mayo, acompañando el informe”, recordó Molina.
“Y dije cómo puede ser que Magdalena se haya olvidado, se equivocó, y creo que lo que estaba pasando es una locura. Uno ve al kirchnerismo y al antikirchnerismo, y que la mayoría está uno de los dos bandos, y Magdalena ve que no está la firma de Sábato en la edición de este año y piensa que es una maldad del Gobierno”, insistió.
Luego remarcó: “Me llama la atención dos cosas: primero que se haya olvidado y segundo que haya pensado que la Editorial Eudeba de Buenos Aires es algo que el kirchnerismo pueda manejar personalmente, cosa que no es así, porque la Universidad de Buenos Aires es superplural, y todas las universidades públicas tienen las cátedras por concurso y no licitadas, como por ejemplo pasa en la universidades privadas, que llaman a quienes quieren. En las universidades públicas hay que presentarse, hay que pelearla, y hay que ganarla, y por eso hay gente absolutamente antikirchnerista como Tomás Abraham, o Beatriz Sarlo que estuvo 40 años y renunció hace poco tiempo, porque se jubiló. Y hay gente kirchnerista como Forster».
Molina atribuyó el error a lo se llama “sesgo de confirmación”, un fenómeno estudiado por los psicólogos conductistas latinoamericanos, y “es que uno tiende a favorecer todas aquellas informaciones y noticias que confirman los prejuicios que uno ya tiene. Y esto es lo que me parece que pasó”.
“Ahora es como que fueran dos campanas, Magdalena dijo tal cosa y Eudeba dijo tal otra, y el hijo de Sábado dice tal otra cosa, y queda todo en nebulosa, y eso me pareció horrible”, enfatizó y más adelante subrayó que en un caso similar “el New York Times hubiera sacado una disculpa pública porque esto es un escándalo. Yo estoy anonadado con todo esto, como lector de hace 40 años de La Nación, y como colaborador en el suplemento cultural”.
Para el periodista, hubiera sido “muy honesto reconocer, decir nos equivocamos, no chequeamos, Magdalena se equivocó y esto vamos a tratar de que no suceda más, y se acabó. Y no pasó eso. El diario es una institución, y Magdalena es una persona”, recalcó.
Martes 30 de octubre de 2012
