En su paso por Mañana Sylvestre, el profesor de la Universidad Paulista que vive hace más de 25 años en el vecino país, analizó la ola de protestas estudiantiles en Brasil, y dijo que “manifiestan diversos grados de insatisfacción pero con objetivos diferentes”. Además explicó que más de 30 millones de brasileños escalaron en la pirámide económica y social, y hace que las exigencias hoy sean mayores.
“Es difícil entender lo que está pasando porque la reivindicación inicial que comenzó el 6 de junio por un grupo que se llama Pases libres, quería generar la reducción del valor del boleto. Esto se consiguió el día miércoles y deja de tener sentido en la manifestación porque ya es subjetiva, y pasa a tener ayer una protesta multitudinaria de más 1 millón de personas en casi 100 ciudades de Brasil, en donde manifiesta cada uno su insatisfacción pero con objetivos diferentes”, indicó el consultor económico y político argentino Gustavo Segre, que hace 25 años vive en Brasil, sobre la ola de manifestaciones sociales que vive el vecino país concentrado sobre todo en sus grandes distritos.
Sobre las motivaciones que llevan a la gente a participar de las protestas explicó que “ayer estuve porque necesitaba entender qué estaba pasando, y fui a la avenida Paulista, que es cerca de mi residencia, para entender lo que la gente estaba queriendo conseguir. Había algunos que querían mejoras en la educación, en la salud y en la seguridad, otros querían que los profesores ganen más que Neymar, otros que querían que no hubiera tanta inversión para la Copa de las Confederaciones o la Copa del mundo, otro que se acabe la corrupción”.
Segre explicó que el 90% de los manifestantes son jóvenes, que no tienen un interlocutor y que aglutinan reclamos muy divergentes.
“Es una situación muy compleja porque no había un reclamo por una situación económica, por una falta de trabajo, ni por la inflación, lo que sí se observa es que cambió la necesidad social del brasilero. Hace 30 años era una, hace 10 años era otra y hoy es otra. Más de 30 millones de brasileros escalaron en la pirámide económica y social, que no tenían crédito y hoy lo tienen, no tenían trabajo y hoy lo tienen, que no tenían buen sueldo y hoy lo tienen, no tenían computadora y auto, y hoy lo tienen. Con lo cual a partir de que la situación social cambió, las exigencias también cambiaron”, expresó.
Sobre los caminos para disiparar la insatisfacción y la protesta, Segre opinó que “necesitan un discurso del gobierno, no solamente del partido del gobierno, sino de los gobiernos porque en el estado de San Pablo el gobierno es de la oposición. Se necesita un discurso que diga vamos a cambiar las cosas, porque es claro que algo va a cambiar, y eso espero que atienda las exigencias de estos manifestantes, que le han tomado el gusto a manifestarse, lo cual es bueno pero por otro lado la ciudad lo paga, porque los restaurantes cerraron, el transporte se complicó, las empresas debimos dejar ir antes a nuestros empleados porque si no, no llegaban a sus casas”.
Viernes 21 de junio de 2013
