En dos oportunidades tuve la posibilidad histórica de entrevistar, junto a Marcelo Bonelli, para el programa A Dos Voces, a Hugo Chávez. Y digo histórica porque nuestra profesión de periodistas nos dan esta posibilidad, la de estar cerca de líderes que van dejando una marca profunda en sus países y en la región. Como Fidel, Chávez deja una marca profunda en toda América Latina.
Amado y odiado por igual, llevaba su pensamiento y sus convicciones al máximo. El primer reportaje, meses después de la asunción de Néstor Kirchner, fue a la madrugada y duró más de una hora. Siempre muy cautivante, predispuesto al diálogo y a la polémica.
Ese primer reportaje fue tranquilo, de mucho apoyo hacia la figura de Kirchner, de quien Chávez estaba cautivado. Como cautivado estaba de la figura de Perón. Recuerdo que, tras terminar el reportaje, nos quedamos hablando de Perón y se entusiasmaba al máximo, a punto tal que le comenté: Presidente, ¿se enteró de que Leonardo Favio ha hecho una película sobre la vida de Perón? Se sorprendió, no estaba al tanto y mandó a llamar a su edecán y le dio la tarea de que consiga sí o sí esa película. Se la llevó, a punto tal que en la segunda oportunidad en que lo entrevisté, me recordó el episodio y me agradeció la sugerencia.
De esa entrevista me queda aún la mini constitución de bolsillo que Chávez siempre llevaba consigo y entregaba como souvenir, previa explicación de lo que significaba para la revolución bolivariana.
El segundo reportaje, más cercano en el tiempo, fue más peleado. Chávez ya había cerrado algunos medios de comunicación en Venezuela y la charla se encrespó cuando se llegó a ese punto. Chávez defendía con pasión esas medidas, que a su entender tenían legitimidad porque conspiraban contra la revolución.
Una anécdota que muestra la relación especial que tenía con Néstor Kirchner fue la famosa reunión de Mar del Plata, donde ante la presencia de Bush, la región le dijo no al ALCA. Las fichas no estaban jugadas, y había presidentes como Tabaré Vázquez que jugaban a favor de Estados Unidos. En el mismo plenario de presidentes, y ante Bush sentado, Kirchner se acercó a Chávez y le dijo al oído: vos hablá largo, como sabés, cansalo a Bush que yo voy a convencer a Tabaré y a los otros. Y así actuaron, una vez más, en conjunto y lograron voltear el ALCA en la región.
Viernes 8 de marzo de 2013
