En Mañana Sylvestre, el filósofo e integrante del colectivo intelectual Carta Abierta señaló que, si bien se encuentra a gusto con sus intervenciones como ciudadano, no descarta una eventual postulación «ya que es parte de la aventura de vivir intensamente la vida político cultural, y también siento responsabilidades, porque amo profundamente a mi país y quiero ser parte de este proyecto de transformación”.
Forster fue consultado en Radio Del Plata sobre los alcances de su nuevo libro, que acaba de salir a la venta (“La anomalía kirchnerista. La política, el conflicto y la invensión democrática”). El intelectual indicó que “es un intento de seguir pensando la complejidad argentina, lo que significa una sociedad, un país en estado permanente de debate, de inquietud y de transformación. Yo creo que vivimos un tiempo extraordinario, que no nos ahorra ninguna dificultad y que al mismo tiempo genera grandes desafíos para tratar de pensar lo que efectivamente viene sucediendo en Argentina, pero si bien el libro hace pie en nuestro país, también toca problemáticas sudamericanas, europeas, se mete con la política, con la cultura, con los medios de comunicación, la economía, la construcción de sentido común, la clase media, con la reflexión en torno a la política, a lo que es la democracia, a lo que es el conflicto en el interior de la sociedad democrática. Y obviamente sigue siendo un intento de pensar lo que yo considero la gran construcción política de la última década, que es el kirchnerismo: más allá de los acuerdos o desacuerdos que uno pueda tener, no cabe duda que ahí hay algo nuevo, algo que está en el centro de un giro notable de la vida política, cultural, instituacional y económica argentina, y por lo tanto siempre es un desafío intentar pensarlo”.
Forster señaló que “ningún momento político histórico puede tener dentro suyo la garantía de eternidad ni de continuidad. Es tan compleja, variopinta e intensa la vida político social argentina, que sería una necedad creer que podría existir cualquier tipo de proyecto o tradición política que pueda lograr la eternidad. Lo que hay que demostrar es en el día a día cómo se construye una alternativa, cómo se le da profundidad, intensidad, cómo se generan alternativas colectivas y al mismo tiempo cómo un liderazgo tan fuerte como el de Cristina se corresponde con un momento en que quizás tiene que elegir una continuidad que no pase por él. Ahí sin dudas tendremos otro de los grandes temas de los próximos tiempos argentinos y de los próximos años: cómo se garantiza, desde la perspectiva de un proyecto que se inició con Néstor Kirchner y siguió con Cristina Fernández, que haya una continuidad y que se pueda seguir dando una batalla política en relación a la idea de un país que ha sido desplegada por un proyecto, que al menos, si algo se puede decir, es que invirtió los términos en que la política se venía desarrollando en los últimos 20 años. Y eso no es algo menor”.
Forster reconoció no obstante que estas son construcciones que a veces se hacen al margen de las estructuras partidarias clásicas: “Estas estructuras estallaron en mil pedazos en términos de representación, al final del la década del 90 y sobre todo en el 2001. La idea de partidos tradicionales que han logran mantenerse a lo largo del tiempo sin que les haya sucedido nada creo que tanto en la Argentina como en muchas otras sociedades entró en crisis; y no sólo atañe a la política, sino también a otras instituciones, porque a veces se olvida que cuando cayó el sistema político en 2001 también cayó el judicial, la Corte Suprema estaba desprestigiada, el mundo económico financiero estuvo en estado de catástrofe y de repudio social; las únicas instituciones que se mantuvieron en pie fueron las educativas y de salud públicas en Argentina; . el resto tuvo que iniciar un complejo y larguísimo proceso de reconstrucción. Esta última década es de reconstrucción de la vida política e institucional, de la vida económica y del Estado, que también había desfallecido y entrado en etapa de disolución. Entonces creo que se recupera la política entendida como instrumento de debate, de transformación; y creo que allí sin ninguna duda incluso los más acérrimos opositores tendrán que decir que el kirchnerismo ha sido un factor clave para que hoy la política sea un territorio de debates y no tenga sede tribunalicia, como sucedía en los año 90, cuando sólo era asociable a los negocios, la corrupción y venalidad, etc. Hoy al menos estamos discutiendo proyectos alternativos de país y sociedad, y eso me parece algo muy rescatable e imprescindible”.
Eventual candidatura
Cosultado en Radio Del Plata sobre una eventual candidatura a diputado, Forster indicó que “no es una especulación personal. Yo me siento cómodo y muy satisfecho con ser un ciudadano que ha venido interviniendo con absoluta honestidad en estos años, y haber salido de un ámbito que siempre me sedujo, como es el académico, al debate cultural; pero también tengo una relación muy profunda con el país, con lo público, con la necesidad de intervenir; soy de los que creen que no hay nada mejor que le pueda pasar a una sociedad que una amplísima intervención de los ciudadanos en la vida pública y política. Eso no significa que las intervenciones tengan que darse bajo la forma de candidaturas. Creo que en estos años vengo interviniendo de una manera muy intensa, con mucha pasión por Argentina, y lo hago sin especulaciones. Al mismo tiempo me siento muy comprometido y afín con lo que se abrió en el país en estos años, y por lo tanto no oculto mis simpatías. Que eso signifique, o no, ser parte de una disputa en términos de candidaturas no lo sé, en este momento no lo sé”, dijo Forster.
No obstante también señaló que “no lo descarto porque es parte de la aventura de vivir intensamente la vida político cultural en un país como el nuestro. Y siento responsabilidades también, porque amo profundamente a mi país y quiero ser parte de este proyectro de transformación”.
Lunes 1 de abril de 2013
