Hasta el último minuto del sábado pasado, antes del cierre de listas, Sergio Massa buscò «sorprender» políticamente con el armado de su formula presidencial.
Intentó, en vano, convencer a Jose Manuel de la Sota de que se sume al binomio como candidato a vice. El cordobés no cedió. «Andá a la gobernación de Buenos Aires, y yo de candidato a presidente» , fue la contraoferta de De la Sota, rechazada por Massa.
Cuando se retiraba de las oficinas de Massa, el cordobés se cruzó con uno de sus excompañeros de ruta, a quien le dijo al oído: «Acá hay olor a cala …».
De la Sota está convencido de que le puede ganar la interna a Massa, y por eso eligió como compañera de fórmula a la exdiputada Claudia Rucci, de la provincia de Buenos Aires.
«No te equivoques, vos sos cordobés, no entendés a los bonaerenses…», fue la respuesta que le dio el circunstancial confidente.
Cerrada la posibilidad de De la Sota, Massa fue por una pieza mayor: el fiscal Jose María Campagnoli. Hacía tiempo que su nombre se barajaba como una posibilidad, pero nunca hubo contactos formales. A último momento del sábado lo llamaron por teléfono pero nunca lo encontraron: el fiscal participaba de un evento de rugby para veteranos y nunca atendió el llamado. Se quedaron con la incógnita de que les hubiera respondido.
Y no le quedó otra alternativa que el intendente electo de Salta, Gustavo Sáenz, quien cometió el sincericidio de admitir que Massa está muy atrás en las encuestas, como primera declaración oficial.
«Sergio tiene una templanza especial, un formidable poder de recuperación… tiene que manejar la ansiedad, y ser un poco más humilde», dice un peronista histórico, hoy en las filas massistas.
La estrategia del Frente Renovador será, de ahora en más, tratar de romper la polarizaciòn actual que se da entre Scioli y Macri, y salir a «pegarle» al jefe de Gobierno porteño. «En la provincia de Buenos Aires está estancado, no crece y hay sectores del conurbano donde no mide… nuestro fuerte es ahí y lo hemos descuidado, con Felipe vamos a recuperar el terreno perdido», se entusiasman.
Opinión contraria tenía el excandidato Francisco de Narváez, quien antes de dar el portazo pronosticó: «Massa terminará detrás de Margarita Stolbizer».
Massa hará hincapié en que Macri será el representante del ajuste y el retorno a los ’90, y él la garantía de que muchas de las iniciativas del Gobierno que se hicieron bien, las seguirá: «Macri no dice la verdad, miente sobre lo que realmente piensa hacer si llega al Gobierno, y nosotros vamos a desenmascararlo».
Cristina y Scioli, un solo corazón
El sciolismo está exultante. Daniel Scioli no para de «agradecer» a todo el mundo desde que recibió la bendición presidencial para ser el candidato del proyecto. El sábado ultimo, en el vuelo compartido en el helicóptero presidencial, Scioli tuvo la oportunidad de agradecerle a Cristina haber confiado en él.
«Salí a comerte la cancha y contá conmigo para lo que necesites. Donde me pidan que esté, yo los acompañaré…», les dijo la Presidente.
Este miércoles la fórmula hará su debut en Córdoba, adonde concurrirá a apoyar al candidato a gobernador de Acastello, que crece en las encuestas.
Y el jueves, por primera vez desde que fueron ungidos como la fórmula del Frente para la Victoria, Scioli y Zannini compartirán tribuna con la Presidente en La Pampa.
Finalmente, aquel consejo que Daniel Scioli recibió en 2003, de parte de alguien que conocía a los Kirchner, recomendándole que «se gane la confianza de la pingüinera y, una vez logrado, estás adentro y formas parte de ella» parece concretarse 12 años más tarde.
En este último año, Scioli logró, mostrándose tal cual es, sin cambios, y con gestos de lealtad que otros no tuvieron, mejorar notablemente la relación personal y política con la Presidente, que pasa por su mejor momento por estas horas.
Un par de encuentros, además, con Máximo Kirchner, terminaron de convencer al kirchnerismo de que Scioli era el elegido. Y desde principio de año, hombres de confianza política de Scioli vienen manteniendo contactos permanentes con funcionarios del Gobierno.
La comparación con Randazzo, por estas horas, es la comidilla entre los hombres del Gobierno.
«Lo que hizo Randazzo no tiene perdón. Salir a operar en algunos medios que la Presidenta había llorado ante él, cuando fue todo lo contrario… Cristina tuvo que consolarlo como a un nene caprichoso porque no había logrado su objetivo; no sólo es de poco caballero, sino de un gesto de deslealtad muy grande», señala un funcionario de acceso a la intimidad de Olivos, que remató: «Por suerte, el elegido fue Scioli, de la que nos ahorramos…»
Miércoles 24 de junio de 2015
