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Tragedia de Once: la versión del maquinista

En diálogo con Mañana Sylvestre, el vocero del gremio ferroviario La Fraternidad (que representa al conductor del tren), aseguró que «hubo abandono y fatiga del material», y agregó que «de haber estado en condiciones el paragolpes hidráulico, hubiera sido distinto». Tras relatar en detalle el viaje que realizó su compañero al mando de la formación, Marcos Antonio Córdoba, denunció que hubo una «campaña de prensa» para detenerlo y responsabilizarlo por lo sucedido, apuntó contra la TBA y acusó de malos tratos al personal de la clínica donde estuvo internado en terapia intensiva el operario: «le decían ´acá está el pibe que de acá se va a la cárcel´ y ´este es el chico que mató a las 50 personas´».

«Lo querían responsabilizar»

Caminos manifestó que «antes de que declarara el conductor, se quiso instalar en los medios que él le había declarado al juez que había avisado en tres oportunidades y que la empresa le había dicho ´seguí, seguí´. Sospechamos que fue una campaña de prensa con la idea de detener y responsabilizar al conductor. Las grabaciones desmienten que haya sido así, y cuando charlamos con el conductor y supimos que no había sido así, salimos a denunciarlo para respaldar a nuestro compañero«.

Las denuncias

Por otra parte, disparó contra TBA al decir que «la actitud de la empresa es muy clara en este tema, y queda claro quiénes son sus socios en los medios. Es tan grave el asunto que nosotros nos enteramos que a nuestro compañero lo ataron a la cama con una esposa, violando los protocolos, porque una persona en terapia intensiva no puede estar en esa situación; incluso las propias enfermeras tuvieron actitudes de desprecio, burlas y demás con él. Decían ´acá está el pibe este que de acá se va a la cárcel´; ´este es el chico que mató a las 50 personas´, comentarios tremendos».

El viaje en detalle

Caminos dijo que «el conductor nos contó que notó que venía con el freno largo, como es habitual, lamentablemente, en el ferrocarril Sarmiento. Él recibió el tren con 9 minutos de atraso y llegó a Once con 14 minutos de atraso. Él no violó la velocidad permitida sino por el contrario. Y llegando a Once, entró más lento de lo que habitualmente se hace, precisamente intentando detener el tren de la mejor forma, pero finalmente los frenos fallaron. E independientemente de eso, notó que el tren no se asentaba, y tirando emergencia, tampoco. Se ve que se accionaron los frenos pero no tuvieron la eficacia que siempre tiene». Por último, manifestó que «veintipico de kilómetros no es una velocidad excesiva. De haber estado el paragolpes hidráulico en condiciones, seguramente hubiera sido distinto. Y de haber estado todo el sistema de mantenimiento de los vagones, también hubiera sido otra la circunstancias. Hubo un absoluto abandono y fatiga del material; además, fallas en el sistema de frenado».

Audio completo de la entrevista

Martes 28 de febrero de 2012

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